Por Nancy Águila
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En una mañana cualquiera, mientras algunos se acompañaban por el aroma del café matutino, y otros seguían perdidos en la calidez del lecho, fueron sorprendidos por la tregedia. Esa mañana la muerte rondaba por las calles capitalinas y escribía el capítulo más triste de la historia de México.
Era un jueves 19 de septiembre, de 1985 cuando en el noticiario matutino "Hoy mismo", Lourdes Guerrero anunciaba las 7:19 de la mañana. Fue en ese preciso instante que la ciudad de México comenzó a temblar. Asustada, y sujeta de su escritorio, la comentarista trató de calmar al auditorio que veía en vivo el noticiario, hasta que la magnitud del sismo (8.1 grados en la escala de Richter) sacó la transmisión del aire.
En poco más de dos minutos, la ciudad de México colapsó. Se vinieron a bajo los edificios de las secretarías de Marina y del Trabajo, los A1 B2 y C3 del Multifamiliar Juárez, el Edificio Nuevo León en Tlatelolco, el Edificio de la Revista Proceso, los lujosos Hoteles Regis, D´Carlo y del Prado ubicados en la zona de la Alameda Central, tres más de Televisa, el Hospital General... El número de estructuras destruidas en su totalidad fue de 30 mil aproximadamente, y aquellas con daños parciales, 68 mil.
Esa mañana México despertó entre los escombros, víctima de una de la más grandes tragedias de su historia. Se hablaron de más de diez mil muertos, y 30 mil desaparecidos, aunque cifras extraoficiales señalan 40 mil fallecimientos. Las telecomunicaciones se perdieron por aproximadamente siete horas. El presidente de la República de aquellos años, Miguel de la Madrid tardó 38 horas en aceptar ayuda humanitaria del extranjero, toda vez que se vió superado por la magnitud de la catástrofe. Mientras Protección Civil, Cruz Roja, Bomberos, Policías, Ejército y miles de civiles trabajaron al unísono en las labores de rescate.
Las imágenes mostraban a una de las ciudades más grandes del mundo convertida en ruinas. La gente lloraba a sus muertos y seguía, incansable, arrastrando escombros con la esperanza de encontrar alientos de vida.
Milagro en el Hospital Juárez
Entre tanta incertumbre y desconsuelo, durante la séptima noche de rescate ocurrió lo extraordinario. Entre los escombros del Hospital Juárez, en lo que fuera la sala de maternidad, se escuchó el llanto de un bebé. Presurosos, rescatistas y civiles movieron deshechos para encontrar a 3 bebés con vida, -dos niños y una niña-, que se convirtieron en el estímulo para continuar adelante. En total rescataron 17 bebés, algunos todavía dentro de incubadoras, en los hospitales Juárez, General y el Centro Médico Nacional. Los niños que sobrevivieron presentaban únicamente deshidratación, y fueron catalogados por el pueblo y la comunidad internacional como auténticos milagros y bautizados con el nombre de Ángel (a).
Este 19 de septiembre se cumplen 23 años del sismo, que sirven para demostrar la fragilidad del hombre ante la naturaleza, pero también su capacidad de reconstruirse. Con respeto y recuerdo para los sobrevivientes y víctimas de la tragedia.
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